«Me cuesta horrores bajar de peso», diría que es la frase que más veces he escuchado desde que empecé a ejercer ¡y ya son más de 12 años! Nos guste o no, el numero de kilos que muchos de nosotros nos marcamos, solamente sirve para llevarnos a la fustración. Me explico, la mayoría de personas que se preocupan en exceso por su peso, le exigen a la báscula un numero de kilos que habían alcanzado en una ocasión y que no consigueron mantener ¡por qué no es su peso adecuado! no podemos compararnos con otras personas ni con nuestro «yo» de hace 15 años, porque la naturaleza es cambiante y simplemente debemos trabajar para mejorar, llevar una alimentación acorde a nuestras necesidades, actividad, edad, situación, etc. La dieta siempre debe adaptarse a nosotros sin necesidad de volcar nuestra vida a un régimen hasta el punto de obsesionarnos. Vida personal y dieta deben tener una excelente relación porque son un matrimonio, ¿verdad que a veces cedes con tu pareja y otras cede él/ella? Si no se armoniza la relación se acaba rompiendo, lo mismo pasa con nuestra alimentación, debemos complacer a nuestro cuerpo siendo fieles a nuestro plan nutricional.
La decisión de cambiar nuestros hábitos alimentarios debe empezar por conocer nuestros límites, saber que tipo de dieta nos conviene, y seremos capaces de llevar, darnos un tiempo de adapatción e ir alcanzando pequeñas metas, puesto que de la noche a la mañana no se aconseja hacer grandes transformaciones. Recuerda que los pequeños cambios perduran más tiempo.
Aquí tienes 3 maneras para averiguar si tu dieta funciona correctamente:
- Hazte fotos. No es ninguna tontería, es algo personal pero muy satisfactorio. Tener una foto con la fecha del día que decidiste cambiar de hábitos e irte haciendo fotos cada 2 semanas ayudarán a motivarte. Cuando pienses que lo que haces no funciona y mires una foto de 2 meses atrás verás que el cuerpo se ha deshinchado, a veces la báscula no refleja tanto la pérdida de peso porque la grasa abulta mucho en nuestro cuerpo pero pesa poco. Si empiezas también a hacer ejercicio puede ser que parte de la grasa se remplace por musculatura. Si te haces fotos verás el cambio, notarás que tu culete está más arriba y que ahora tienes más bíceps (si haces ejercicio) y que la tripita ha disminuido considerablemente.
- Proponte pequeñas metas. Si realmente perder peso es una prioridad, trátala como tal y esquiva todas las escusas absurdas como el «no tengo tiempo» porque en muchísimas ocasiones perdemos el tiempo «queriendo» y no actuando, así que ORGANIZATE y saca tiempo para cumplir tus metas como: hacer un planning de comidas, hacer la compra, realizar ejercicio, beber agua continuamente, probar recetas healthy, etc. Si vas cumpliendo metas verás que tu dieta irá dando resultado.
- Sintoniza cuerpo y mente. Una mente positiva, fuerte y predispuesta a una vida saludable lo es todo para tener un cuerpo sano y mantener un peso adecuado para que tu estructura ósea y muscular no sufra. Para que tus huesos no padezcan debes trabajar la musculatura y evitar el sobrepeso, el ejercicio se convertirá en un gran aliado. Puedes favorecer la pérdida de peso con ejercicio aeróbico e incrementar tu masa muscular con ejercicios anaeróbicos.